En sus buenos tiempos fue uno de los mejores locutores deportivos, apasionado por las transmisiones automovilísticas. Era la llegada del Gran Premio de Integración del Oriente y nuestro personaje muy temprano en la mañana empezó a organizar su esquema. Partida en Los Troncos, Puesto uno en Cuatro Cañadas. Puesto dos en Pailas. Puesto tres en Cotoca y la llegada en Guaracachi.
Todo marchaba bien hasta que el puesto de Cotoca no apareció. No le quedó otra que improvisar y le dijo al técnico, que armaba los equipos de banda ancha.
- No queda otra. Vos tenés que darme el paso por Cotoca.
El técnico se asustó y se puso nervioso.
- Pero yo nunca he transmitido. Apenas sé armar los equipos, replicó.
- No importa, sólo tenés que abrir tus ojos, fijarte bien y darme el número y color. Sólo número y color!!!, recalcó.
Así empezó la carrera. Hasta que los autos empezaban a aproximarse a Cocota. Las otras radios estaban creando la expectativa y nuestro relator, andaba nervioso.
- Puesto Cotoca, no se olvide. Número y color!!! Sólo número y color!!!
Empezó a aproximarse el primer auto y las otras radios le estaban ganando. Nuestro relator seguía insistiendo en el dato, mientras que el técnico era un manojo de nervios, hasta que se animó y como todo un experto empezó:
- Cooooche a la vista en Cotoooooca.!!! Se aproxima raudameeente!!! Uuuuna nube de polvo en el caminooooo.
Y el relator lo interrumpía.
- Sólo número y color...Número y color. Pero el otro seguía...
- Úuultimos 200 meeeeetros!!! Va a pasar, pasoooooo!!!.
Y el relator hirviendo de rabia exclamó
- Dígame número y color!!!
Y el otro en un tono vibrante replicó.
- Nnnoooooo me fijeeeeeee!!!