
En la redacción del diario teníamos un buen compañero, hoy muy famoso por haber ganado premios y menciones internacionales por sus “escribiduras” periodísticas. Este joven valor de las plumas a manera de cariñito muy particular tenía la fina manera de llamarnos por nombres muy raros para nuestra cotidiana convivencia.
Algunas veces cuando nos saludaba nos decía:
- Hola, "Anófeles"; o sino, - Cómo va, "Berenjeno".
También nos decía,- Qué haces "Deuteronomio".
Tanto fue el cántaro al agua, hasta que un buen día se quebró.
Ese día llegó y como siempre saludó con sus nombrecitos peculiares a una de las colegas que pa' colmo de males se había levanta'o con el poncho e rastra
Y le da su saludo peculiar:
- Como anda, "Indiosincracia", le dijo.
La otra le miro con cara e perro y la respuesta no se dejó esperar y al tiro le respondió
- Muy bien...Clítoris!!!.Sin comentario.
Nunca más volvió por el cambio. Hasta ahora seguimos extrañando esos nombrecitos peculiares.
Buenísima camarada. Bienvenido a la red en la que todos andamos inmersos y sumergidos!
ResponderEliminarOk. Mi estimado Marcelilo. Grande El Punto, Felicidades. Seguiremos inmersos y sumergidos
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